Partíamos de una vivienda muy compartimentada y excesivamente decorada que claramente requería un cambio de aires.
Decidimos plantear un espacio diáfano donde el propio mobiliario fuera el que divide las estancias, creando desde zonas de lectura a espacios de estar y cocinar sin necesidad de distribuir mediante tabiquería, que impediría unas circulaciones tan orgánicas como conseguimos de esta forma.